Austreberta Renteria y Luz Corral en Canutillo, esta foto fue tomada antes de que doña Luz se diera cuenta del idilio del General Villa con Austreberta.
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Al establecerse en Canutillo, Pancho Villa envió a sus escoltas Daniel Delgado y Alfonso Gómez Moretín, a la ciudad de San Antonio Texas en los Estados Unidos, con el fin de que le avisaran a la señora Luz Corral de Villa que regresara a establecerse en la Hacienda de Canutillo, Ocampo, Durango.
Tiempo atrás; Luz Corral radicaba en el extranjero, por indicaciones de Villa; a la sazón de la problemática que se vivía en México, sin embargo, tras la firma de los Tratados de Sabinas resultó innecesario el destierro voluntario de la familia Villa.
Acompañaban a Luz Corral en San Antonio Texas, dos hijas del General de nombres Agustín y Micaela, además de Mariana Villa y su hija Sara, a la que apodaban la “cubana” durante su estancia en la isla, antes de mudarse a los Estados Unidos.
Arribaron a la Hacienda de Canutillo, y la percepción Luz Corral tocante al aspecto físico del lugar, fue categórica:
“Llegamos a la hacienda ¡Qué tiste aspecto presentaba aquella Hacienda deshabitada, por tanto tiempo, en donde sólo quedaron las huellas de un reñido combate registrado ahí no hacía aun mucho tiempo y en donde por su fértil vegetación, el zacate crecía tanto, que junto con los árboles y el desorden en que estaban colocados presentaban el aspecto de un panteón abandonado! Sólo la capilla surgía majestuosa e imponente en aquella soledad…”
Uno de los propósitos de Pancho Villa residiendo en Canutillo, fue a reunir a todos sus hijos que tenía diseminados en algunas partes del norte del país; la decisión la adoptó en función de brindarles educación y amparo y que se conocieran entre sí.
De tal suerte que algunas madres o familiares de los niños condescendieron al propósito de Villa. Fue así como aglutinó en su Hacienda de Canutillo bajo el cuidado de Luz Corral a Octavio hijo de la señora Guadalupe Coss, Juana María hija de Juana Torres, y Cella; aunado a ellos Micaela y Agustín, además de Antonio hijo de Soledad, todos de distintas madres.
Tiempo atrás; Luz Corral radicaba en el extranjero, por indicaciones de Villa; a la sazón de la problemática que se vivía en México, sin embargo, tras la firma de los Tratados de Sabinas resultó innecesario el destierro voluntario de la familia Villa.
Acompañaban a Luz Corral en San Antonio Texas, dos hijas del General de nombres Agustín y Micaela, además de Mariana Villa y su hija Sara, a la que apodaban la “cubana” durante su estancia en la isla, antes de mudarse a los Estados Unidos.
Arribaron a la Hacienda de Canutillo, y la percepción Luz Corral tocante al aspecto físico del lugar, fue categórica:
“Llegamos a la hacienda ¡Qué tiste aspecto presentaba aquella Hacienda deshabitada, por tanto tiempo, en donde sólo quedaron las huellas de un reñido combate registrado ahí no hacía aun mucho tiempo y en donde por su fértil vegetación, el zacate crecía tanto, que junto con los árboles y el desorden en que estaban colocados presentaban el aspecto de un panteón abandonado! Sólo la capilla surgía majestuosa e imponente en aquella soledad…”
Uno de los propósitos de Pancho Villa residiendo en Canutillo, fue a reunir a todos sus hijos que tenía diseminados en algunas partes del norte del país; la decisión la adoptó en función de brindarles educación y amparo y que se conocieran entre sí.
De tal suerte que algunas madres o familiares de los niños condescendieron al propósito de Villa. Fue así como aglutinó en su Hacienda de Canutillo bajo el cuidado de Luz Corral a Octavio hijo de la señora Guadalupe Coss, Juana María hija de Juana Torres, y Cella; aunado a ellos Micaela y Agustín, además de Antonio hijo de Soledad, todos de distintas madres.
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Villa jugando con sus hijos en Canutillo
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Durante los primeros meses en Canutillo, Pancho Villa desarrolló intensas tareas de reconstrucción, y a la par, se educó a sus niños; las primeras enseñanzas corrieron momentáneamente a cargo de la maestra rural Magdalena Bueno viuda de Bueno, mientras Pancho construía la anhelada escuela, y gestionaba ante el Gobierno Federal la asignación de maestros.
A principios de marzo de 1921, Pancho Villa llevó a la Hacienda a la Hacienda a Austreberta Rentería quien en lo sucesivo rompería la tranquilidad de de Luz Corral, toda vez que Villa sostenía con ella, una relación sentimental.
A modo de pretexto, Pancho le presentó Austreberta a Luz Corral de tal forma que aparentaba ser una más de la servidumbre de la Hacienda, encajándole Luz, la idea de su utilidad en tareas de costura.
Sin embrago, la intuición femenina de Luz Corral, fue más allá, y descubrió una carta que accidentalmente Villa había extraviado; en la misiva, se exponía la relación entre Pancho y Austreberta, de tal suerte que ella, encaró a la nueva huésped acerca de la correspondencia, y al no haber más que discutir, Austreberta aceptó de manera prudente, el vínculo con Pancho Villa.
A partir de ese momento la tranquilidad de Luz Corral se rompió, de tal suerte, que ante las circunstancias, en acuerdo con Villa, Luz se marchó a la ciudad de Chihuahua, al lado de su cuñada Martina Villa.
La partida de Luz Corral de Canutillo, allanó el camino sentimental de Pancho y Austreberta, de tal suerte que para el 22 de Junio de 1921, Pancho Villa, contrajo matrimonio civil en la ciudad de Parral con Austreberta, y de esa manera, la unión extra-marital que ambos sostenían en la Hacienda de Canutillo, se “oficializó”
La ceremonia del matrimonio civil se verificó en la casa de la familia Franco, y para el efecto el General Villa renunció al ceremonial religioso.
En el evento fungieron como testigos, los señores Miguel Trillo y Felipe Santiesteban, y a la celebración acudieron numerosas personas de la amistad del General y de la familia Rentaría.
Después de concluido el evento se organizó una fiesta en honor a los recién casados, y se invitó a la concurrencia a un suculento banquete; al término de la comida se inició un animado baile que duró hasta la madrugada.
A la mañana siguiente la pareja, en compañía de algunos familiares se dirigió a la estación del tren, que los traslado a Rosario, Durango, donde continuaron en automóvil hasta la Hacienda de Canutillo.
Austreberta, fue demasiado tolerante con su marido, a pesar de conocer sus debilidades por el sexo femenino, y los constantes amoríos furtivos que se daban en la Hacienda y en sus alrededores.
Francisco Gil Piñon refirió un pasaje respecto a una jovencita, a la que Pancho Villa como buen Samaritano alojó en la “Casa Grande”, situación que originó cierto incidente con los maestros de Canutillo.
Uno de los caporales del rancho “Ojo Blanco” que pertenecía a la Hacienda de Canutillo, en una ocasión solicitó a Pancho Villa le ayudara para que su hija de unos 14 años de edad, fuera a estudiar a Canutillo.
El General Villa de carácter hospitalario y desprendido, le dijo al Caporal que la llevara a Canutillo para darle educación, y que además la pondría al cuidado de Austreberta y en compañía de sus hijos.
La jovencita fue trasladada a Canutillo, y de inmediato ingresó a la escuela “Felipe Ángeles”.
Con el paso del tiempo, una noche después de la cena en compañía de los maestros, Pancho Villa discutió con el Profesor Jesús Coello, Director de la escuela de Canutillo, por la razón de que su recomendada era forzada a realizar intensos ejercicios de gimnasia, para la cual no estaba capacitada para ejecutar.
La razón según Piñón, era que la joven atravesaba la etapa de la pubertad y menstruaba; y al no poder explicar sus razones al maestro, se las expuso a Austreberta Rentaría, y ésta se las comentó a Pancho Villa, considerando motivo suficiente para reclamarle al Director de la escuela.
El comentario de Villa, ocasionó la molestia del Director de la escuela inclusive el mismo Coello Avendaño, persuadió a sus compañeros maestros para que abandonaran Canutillo, y pusieran su queja ante la Secretaría de Educación Pública en la ciudad de México. Gracias a los buenos oficios de Gil Piñon, la situación volvió a su estado normal.
En 1976, el cronista de la ciudad de Chihuahua, Alfonso Escárcega recuperó una versión narrada por uno de los profesores que prestó sus servicios en la escuela Felipe Ángeles de Canutillo; en la crónica el maestro describe lo siguiente.
“Aquella era una muchacha inteligente, muy desenvuelta. Cursaba tercer año de primaria. Apenas tendría 15 años”
El cronista de Chihuahua mencionó lo dicho por su entrevistado:
En alguna ocasión, al estar en su clase de calistenia (gimnasia), notó el profesor José Ojeda, (Oviedo) que sus movimientos eran torpes, dificultosos y que la muchachita hacía muchos esfuerzos para realizarlos. Lo notó más, cuando Manuela tenía que llevarse las manos a la cintura y “abrir el compás”. El profesor le ordenó que se fuera a casa, porque sin duda estaba enferma o se sentía mal y que volviera cuando se hubiera repuesto”
Narra el profesor:“En la noche de ese mismo día, cuando estábamos cenando en el comedor de la Hacienda, encontré a Villa muy serio. En un momento dado se dirigió a mí con voz enérgica: “Quiero que me hagan el favor de darme de baja a mis hijos; luego se puso a fumar, cosa rara en él…Yo pensé rápidamente: Si le contesto, se me va enfurecer. Pero si no lo hago también”. “Como la situación era muy pesada pensé el caso unos momentos antes de decirle: Mire General, no es justo que se vallan a quedar 350 niños sin escuela. Entonces supe que Manuela Sáenz estaba esperando un hijo del General”
Según la tradición oral de los habitantes de Canutillo, citan como verídica la versión de que el General Villa sostenía amoríos con la joven Manuela Sáenz, y que a la postre dio a luz un hijo de Pancho Villa.
A principios de marzo de 1921, Pancho Villa llevó a la Hacienda a la Hacienda a Austreberta Rentería quien en lo sucesivo rompería la tranquilidad de de Luz Corral, toda vez que Villa sostenía con ella, una relación sentimental.
A modo de pretexto, Pancho le presentó Austreberta a Luz Corral de tal forma que aparentaba ser una más de la servidumbre de la Hacienda, encajándole Luz, la idea de su utilidad en tareas de costura.
Sin embrago, la intuición femenina de Luz Corral, fue más allá, y descubrió una carta que accidentalmente Villa había extraviado; en la misiva, se exponía la relación entre Pancho y Austreberta, de tal suerte que ella, encaró a la nueva huésped acerca de la correspondencia, y al no haber más que discutir, Austreberta aceptó de manera prudente, el vínculo con Pancho Villa.
A partir de ese momento la tranquilidad de Luz Corral se rompió, de tal suerte, que ante las circunstancias, en acuerdo con Villa, Luz se marchó a la ciudad de Chihuahua, al lado de su cuñada Martina Villa.
La partida de Luz Corral de Canutillo, allanó el camino sentimental de Pancho y Austreberta, de tal suerte que para el 22 de Junio de 1921, Pancho Villa, contrajo matrimonio civil en la ciudad de Parral con Austreberta, y de esa manera, la unión extra-marital que ambos sostenían en la Hacienda de Canutillo, se “oficializó”
La ceremonia del matrimonio civil se verificó en la casa de la familia Franco, y para el efecto el General Villa renunció al ceremonial religioso.
En el evento fungieron como testigos, los señores Miguel Trillo y Felipe Santiesteban, y a la celebración acudieron numerosas personas de la amistad del General y de la familia Rentaría.
Después de concluido el evento se organizó una fiesta en honor a los recién casados, y se invitó a la concurrencia a un suculento banquete; al término de la comida se inició un animado baile que duró hasta la madrugada.
A la mañana siguiente la pareja, en compañía de algunos familiares se dirigió a la estación del tren, que los traslado a Rosario, Durango, donde continuaron en automóvil hasta la Hacienda de Canutillo.
Austreberta, fue demasiado tolerante con su marido, a pesar de conocer sus debilidades por el sexo femenino, y los constantes amoríos furtivos que se daban en la Hacienda y en sus alrededores.
Francisco Gil Piñon refirió un pasaje respecto a una jovencita, a la que Pancho Villa como buen Samaritano alojó en la “Casa Grande”, situación que originó cierto incidente con los maestros de Canutillo.
Uno de los caporales del rancho “Ojo Blanco” que pertenecía a la Hacienda de Canutillo, en una ocasión solicitó a Pancho Villa le ayudara para que su hija de unos 14 años de edad, fuera a estudiar a Canutillo.
El General Villa de carácter hospitalario y desprendido, le dijo al Caporal que la llevara a Canutillo para darle educación, y que además la pondría al cuidado de Austreberta y en compañía de sus hijos.
La jovencita fue trasladada a Canutillo, y de inmediato ingresó a la escuela “Felipe Ángeles”.
Con el paso del tiempo, una noche después de la cena en compañía de los maestros, Pancho Villa discutió con el Profesor Jesús Coello, Director de la escuela de Canutillo, por la razón de que su recomendada era forzada a realizar intensos ejercicios de gimnasia, para la cual no estaba capacitada para ejecutar.
La razón según Piñón, era que la joven atravesaba la etapa de la pubertad y menstruaba; y al no poder explicar sus razones al maestro, se las expuso a Austreberta Rentaría, y ésta se las comentó a Pancho Villa, considerando motivo suficiente para reclamarle al Director de la escuela.
El comentario de Villa, ocasionó la molestia del Director de la escuela inclusive el mismo Coello Avendaño, persuadió a sus compañeros maestros para que abandonaran Canutillo, y pusieran su queja ante la Secretaría de Educación Pública en la ciudad de México. Gracias a los buenos oficios de Gil Piñon, la situación volvió a su estado normal.
En 1976, el cronista de la ciudad de Chihuahua, Alfonso Escárcega recuperó una versión narrada por uno de los profesores que prestó sus servicios en la escuela Felipe Ángeles de Canutillo; en la crónica el maestro describe lo siguiente.
“Aquella era una muchacha inteligente, muy desenvuelta. Cursaba tercer año de primaria. Apenas tendría 15 años”
El cronista de Chihuahua mencionó lo dicho por su entrevistado:
En alguna ocasión, al estar en su clase de calistenia (gimnasia), notó el profesor José Ojeda, (Oviedo) que sus movimientos eran torpes, dificultosos y que la muchachita hacía muchos esfuerzos para realizarlos. Lo notó más, cuando Manuela tenía que llevarse las manos a la cintura y “abrir el compás”. El profesor le ordenó que se fuera a casa, porque sin duda estaba enferma o se sentía mal y que volviera cuando se hubiera repuesto”
Narra el profesor:“En la noche de ese mismo día, cuando estábamos cenando en el comedor de la Hacienda, encontré a Villa muy serio. En un momento dado se dirigió a mí con voz enérgica: “Quiero que me hagan el favor de darme de baja a mis hijos; luego se puso a fumar, cosa rara en él…Yo pensé rápidamente: Si le contesto, se me va enfurecer. Pero si no lo hago también”. “Como la situación era muy pesada pensé el caso unos momentos antes de decirle: Mire General, no es justo que se vallan a quedar 350 niños sin escuela. Entonces supe que Manuela Sáenz estaba esperando un hijo del General”
Según la tradición oral de los habitantes de Canutillo, citan como verídica la versión de que el General Villa sostenía amoríos con la joven Manuela Sáenz, y que a la postre dio a luz un hijo de Pancho Villa.
8 comentarios:
mi tatarabuela la mama de mi abuelita anduvo alli con ese con pancho villa pero no la veo en las fotos y tambien mi tatarabuelo anduvo de carranzista
Quiero modificar que la mama de manuelita,( la joven que dio a Luz a trinidad villa ( hijo de ambos)
fue de visita a la casa del matrimonio( francisco villa y Austreberta) acompaniada de su hija. Ambas fueron recibidas en su casa y en esos dias surgio la peticion de que la adolescente se quedara como ayudante del matrimonio y se le diera la oportunidad de estudiar.
Manuela Saenz fue la madre de Jose Trinidad Villa (penultimo hijo de El centauro del Norte)
Manuela Sáenz (Casas) fue la madre de Trinidad Villa. fue la última que lo vio con vida, tenía 15 años cuando Francisco Villa murió...¿de donde sale el apellido Saenz, la reconocieron como "concubina" de Villa pero con el nombre de Manuela Casas, que administraba el Hotel Hidalgo.
Manuela Sáenz (Casas) fue la madre de Trinidad Villa. fue la última que lo vio con vida, tenía 15 años cuando Francisco Villa murió...¿de donde sale el apellido Saenz, la reconocieron como "concubina" de Villa pero con el nombre de Manuela Casas, que administraba el Hotel Hidalgo.
Hola, me gustaría saber de dónde obtuviste la información?
Mi mama es sobrina directa de Austreberta Renteria
Doña Luz Corral de Villa la única mujer y esposa legitima de Don Francisco Villa.. Ella fue prima hermana me mi abuela paterna Josefa Silva Fierro.Tuve la gran fortuna y privilegio de conocer a las Dos, siendo una niña, recuerdo haber visto en la sala de su Quinta Luz una fotografía de su pequeña hija en blanco y negro, como niña q era le pregunté q donde estaba su hija y ella me contestó , q había fallecido muy pequeña, aún recuerdo ese sentimiento de tristeza q sentí al saber q había perdido a su única hija legitima de su matrimonio con Don Francisco Villa
Saludos desde Chihuahua
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